¿Qué crees que podrías llegar a hacer si lo perdieras todo?
La muerte de la madre debido a la cruel enfermedad del Alzheimer y el despido del trabajo después de diecisiete años de compromiso, en medio de la crisis, solo serán el principio de una serie de eventos que llevarán a Iván a perderlo todo paulatinamente, y a experimentar una transformación en la que el amor, la inseguridad, la cobardía y el rencor se debatirán en un conflicto que le llevará a tocar fondo. Pero eso solo será el principio de una singular pugna psicológica que le obligará a tomar una decisión despiadada.
La historia de una metamorfosis que no te imaginas.
El demonio bajo mis pies.
Una novela de Kà Barceló
Hacia la oscuridad
Una novela realista y crítica que conducirá al protagonista hacia un precipicio que nunca había imaginado. El miedo a perder todo aquello que se ha conseguido, el temor a las expectativas de los otros, el pánico a envejecer o a no estar a la altura de las circunstancias se configurarán como verdaderos obstáculos para la supervivencia. Y, así como lo hace Iván, todos los personajes irán desvelando sus personalidades, sus sentimientos, virtudes y defectos a través de una trama ágil y estimulante en medio de una batalla sangrienta de egos absurdos que guardan con recelo sus temores más profundos.
Cómplices
La novela transforma al lector de mero espectador a cómplice de una historia que le emocionará y también le conducirá a reflexionar sobre los valores de una sociedad en crisis, las prioridades que rigen las vidas de las personas y la manera como se relacionan las unas con las otras.
La ciudad invisible
Barcelona es una ciudad bella y acogedora, pero también puede ser la más cruel de las metrópolis, alejada de la fascinación que nos provoca el halo que desprende, lleno de actividad y bullicio. Los personajes que descubrimos son tan próximos como nuestros vecinos y tan lejanos como los que malviven al margen del esplendor turístico y sufren la exclusión social.
Realismo, crítica social, psicología y pinceladas de novela negra
El realismo con el que la autora trata la temática de su novela tiene su origen en la crítica de una sociedad que vive bajo los convencionalismos, y que excluye a quienes no consiguen seguir sus normas. Pero todo eso no representa un obstáculo para la imaginación, que nos regala momentos excitantes y refleja una evolución apasionante de los personajes, con una psicología trabajada.
Temáticas
La rutina y la autocomplacencia de una sociedad estructurada se contrapone a la precariedad laboral, la soledad, la prostitución o el sinhogarismo, hechos que permanecen ocultos simplemente por el hecho de mirar hacia otro lado. Así, los acontecimientos llegan, en un ritmo ascendente, a un desenlace atípico marcado por la indefectible influencia de la novela negra.
«Aquel día fue devastador. La llamada desde la residencia le despertó a las seis y media. Su madre había muerto. A pesar de que Iván ya se había ido haciendo a la idea de que seguramente moriría pronto, debido a las complicaciones que le había producido el Alzheimer, aquella noticia le cayó como un jarro de agua fría.
Por la tarde, Iván permanecía sentado en la sala número tres del tanatorio Sancho de Ávila, enfundado en un abrigo de lana. En un rincón estaba el ataúd cerrado y, encima, una corona de flores blancas y un lazo con la inscripción: «Siempre te querré, mamá. Tu hijo.»
A pesar del ambiente gélido y el aviso de ola de frío polar, durante la hora del almuerzo fueron algunos vecinos de la escalera a darle el pésame, y se sorprendió de algunas de las visitas.»
El demonio bajo mis pies. Fragmento del prólogo.
El Twitter de El demonio bajo mis pies
Localizaciones de la novela
Playa del Serrallo. Sant Jaume d’Enveja. Tarragona
«Aquel mensaje sobre el fondo de pantalla le angustió. Sentía que algo no había ido bien, que el espíritu de la desídia había destruido lo más importante, y que el significado de la palabra “perder” alcanzaba toda su dimensión.»
Moll del Dipòsit. Museo de Historia de Catalunya. Barcelona.
«Fueron esquivando turistas hasta la orilla del Moll del Dipòsit y se sentaron sobre el banco que hacía las veces de barandilla, en un espacio que todavía quedaba libre. Estel lo miraba con deseo e Iván todavía no se creía que estaba hablando con ella.»
Rambla del Raval. Gato de Botero. Barcelona.
«A ambos lados del bulevar, todo el mundo permanecía estático en los bancos, en las esquinas y en las terrazas de los bares bebiendo, leyendo el periódico o gesticulando con los brazos mientras charlaban los unos con los otros.»
Calle Tanger. Barcelona.
«Y allá estaba, apoyado sobre la barandilla del puente que cruzaba las vías del tren, con la solapa del abrigo levantada para huir del frío y, tal vez, para preservar su intimidad. Parecía mirar con deleite los raíles que brillaban bajo las luces anaranjadas de la ciudad y ella decidió intervenir en ese romance.»
